martes, 12 de octubre de 2010

Belén Esteban presidenta

Dicen que la tal Belén Esteban (famosa por tocarle la chorra a un torero) podría presentarse a las elecciones y sacar muchos votos. Me parece poco. Si un país tiene lo que se merece la Esteban debería ser nombrada ahora mismo dictadora perpétua de las Españas. Por aclamación popular.

Como, por suerte, tenemos cosas mejores de las que nos merecemos, nunca sabremos lo que habría ocurrido de ser nuestros destinos colectivos regidos por semejante mente. Y como esto no puede quedar así y debemos dar al pueblo lo que pide:

Deberíamos elegir una isla española (o sea, que no vale Perejil) donde quepa bastante gente (de nuevo descartamos invadir Perejil a tal efecto) y nombrar a Belén Esteban su único y todopoderoso gobernante absolutista. Incluso podría fundar una dinastía y emparentarla con la realeza de otros países. La única restricción a su omnímodo poder es que no podrían vender su soberanía, de modo que si ella o descendientes abdicasen volviera a reintegrarse a España.

Todo ciudadano español será libre de huir de esa isla al resto del territorio con el billete pagado y de regresar en un futuro. O de quedarse, renunciando a su nacionalidad y adoptando la de belenestebanista (la isla tomará el nombre de su dictadora, por supuesto). Del mismo modo todo ciudadano español que desée realmente que su vida sea gobernada por Belén Esteban podrá viajar a la isla con el billete pagado, pero no podrá volver pues habrá perdido la nacionalidad y sus derechos humanos en el acto.

Al cabo de un año enviaremos científicos para comprobar los efectos del experimento. Posiblemente los belenestebanistas hayan abandonado el bipedismo a esas alturas, coman estiércol, y se comuniquen por rebuznos.