Crepúsculo: emor eterno

Demasiado fácil? no creáis, no resultó ser tan estomagante como esperaba que fuera. De hecho, no tenía intención de dar más pompa al asunto del que ya tiene. Quiero decir, no era TODO horrible, no fue el carcajeo, el crujir de dientes y el llevarse las manos a la cabeza por dos horas que esparaba (empezaba a la 01,30 y pasé de tomar café, por si me pegaba un subidón de tensión o algo). Antes de nada, debo aclarar que no pagué por verla en exclusiva, fuimos al autocine a ver Bolt (que cumple perfectamente, como suele ser en Pixar) y ésta la hacían después. En el fondo, mi naturaleza morbosa y masoquista con lo indignante tiraba con fuerza para ver esto del modo que fuera.

En fin, no os vayáis a pensar que ahora voy a retractarme de lo que pienso sobre el libro (que no me he leído, ni falta que le hace a nadie). Precisamente, lo que me ha sorprendido (para bien) es el trabajo que ha hecho la directora con el detritus de material con el que partía. Oye, creo que no se podía hacer nada mejor.

Veamos: tenemos una patética novela romántica de amor mojigato de lo más hortera, que surge sin un motivo convincente, entre dos personajes retrógados, pijeras, sosainas y de un convencionalismo que atenta contra el espíritu de la juventud misma (el hedor religioso es turbador). Para más cojones, uno de ellos dice que es un vampiro. Digo dice, y aún no entiendo cómo consigue que la pava lo crea; buen muchacho de buena familia, camina a la luz del sol, no tiene colmillos, viste como un gilipollas, va al insti (por cuánto tiempo??), es asexual, sedentario, familiar, deportista y no hay nada religioso o gastronómico que lo tire para atrás.
Ella, por su parte, es una joven triste y lánguida porque sí, viste de camuflaje (no del ejército, sino de ese tipo de ropa con el que se puede confundir entre un millón), es más pálida que el vampiro y también es asexual. Además, va de sobrada y se pasa el rato dando consejos y lecciones a los demás con la misma desidia emo con la que se enrolla con el chorbo.

Partiendo de esto, a la directora deberían darle un Oscar nuevo, algo así como "al mejor apaño", porque lo que me gustó de la peli es lo único que no puede haber salido del libro: fotografía, localizaciones, ambientación, filtros de photoshop, maquillaje, banda sonora y alguna interpretación. El resultado es algo melancólico y rarete, con toques risibles (no hay forma seria de rodar un partido de béisbol a mediodía con una familia de vampiros equipados y en un prado) y soso, con el espectro de la castidad cristiana al acecho en cada transición, que era lo único que daba miedo en la película.

Imagino que el éxito se debe a la originalidad del planteamiento del vampiro en este libro, la misma originalidad que tendría una historia de zombis inteligentes que hablan, van al instituto, no huelen mal, son buenos chicos y ni siquiera están muertos, no sé si se me entiende.
Por otro lado, creo que a nuestra anciana juventud no le hace ninguna falta un ídolo fascistoide guapetón y pijo redomado que se pasea en un Volvo con ropa cara (y suéter de cuello de pico, agh) y un pelete engominado guay. Ya no hablamos siquiera de emos, hablamos de pijas borregueras conformistas, con 15 años o así. Un escalofrío recorre mi cuerpo.

Me he dado cuenta también de que la autora, mormona declarada, establece un paralelismo chungo entre el mordisco del vampiro y el sexo, así que encontramos que deben esperar absurdamente a más adelante, aunque la vida de ella esté en peligro, para el mordisco que la convierta. Es de agradecer que la película evite las continuas referencias al matrimonio que aparecen en el libro. De sexo normal, ni mención.

Así que ya sabes, chaval, si tu novia es fan del libro, cuidado!; tu novia es de las que distinguen entre sexo y fornicio!

Y ahora, para quienes no conozcáis las caras, un acertijo: quién es Stephenie Meyers y quién Danielle Steel?