¡Malditos bastardos, rojo-masones, contubernistas! ¡Maldita sea vuestra estampa!, malnacidos que creéis en que el pueblo está capacitado para pedir cuentas a sus dirigentes, para votar a la opción que les pueda ser más favorable, para ser informados con pluralidad y neutralidad. Malditos seáis por siempre por haber provocado la caída del honorable Francisco Camps.
No se puede entender que tal prohombre sea maltratado de esta forma. Él, que trajo a la Comunidad Valenciana signos tan evidentes de prosperidad como la Ciudad de las Artes y las Ciencias (del bendito Calatrava), la Fórmula 1, los hospitales de gestión privada (eso sí que es eficiencia, la ventaja de dejarlo en nuestras manos), la educación portátil (la gente quejándose de los barracones y realmente es una ventaja para que ellos tengan su birriosa educación junto a casa), la visita del Santo Padre... ¡hasta las tradicionales Fallas lucían más con él y con nuestra querida Rita en el balcón del ayuntamiento!
Pero no, la envidia cochina, las ansias de poder de los comunistas, los jueces corruptos y comprados por sus falsas ilusiones de justicia y equidad, todo ello ha hecho que este pobre hombre, este pedazo de pan, este inocente tres veces más que una, se vea en la calle mendigando un puesto acorde a su valía. Y todo por la excusa de tres trajes mierdosos y la adjudicación de unas obras a sus amigos. ¡Pero quién mejor que alguien de confianza para llevar a cabo estas construcciones tan necesarias para honrar su memoria en el futuro!
No te preocupes, Paquito. Nosotros iremos allanando el camino para que alguien tan conveniente como tú (al menos para nosotros) vuelva al poder en esa tierra de naranjos y petardos, de playas y ladrillo, de turismo y espectáculo. Sabemos cómo movernos y como convencer a quien hay que convencer, aunque sea con cabezas de caballo bajo las sábanas.
Biografía de dios
Hace 5 días