Anoche tuvimos la oportunidad de ver en la televisión pública (que no por ello es de todos los españoles, sino sólo de los masones izquierdistas) a un auténtico español de pro que quería representar con honor a nuestro amado país en el festival de la canción ligera de Eurovisión. Evidentemente, los rojos han hecho que este español como Dios manda no nos pueda representar allende nuestras fronteras. Ante los insultos e improperios del público ha respondido con valor, enfrentándose a ellos a pesar de que la imponente vascuence de impronunciable apellido haya tratado de reprimirlo.
John Cobra, pseudónimo de Mario Vaquero Garcés, representa los más elevados valores del españolismo. Es un tío con cojones, alguien que campa por sus respetos, que tiene el carácter suficiente para enfrentarse a esa panda de maricones (como bien los ha llamado él) camuflada entre el público. Qué se puede esperar de una televisión tan manipuladora, que le llenó de antifans el plató. Es alguien que no se arrepiente de haber sido un justiciero frente a aquellos que trataron de arrebatarle sus propiedades. Seguro que eran unos moros chungos, o unos ateos homosexuales. Bien hizo pegándoles la paliza y mandándolos al hospital.
Ojalá hubiera más hombretones como éste. Con él y con diez más podríamos montar un comando que expulsase del poder a los indignos gobernantes actuales de nuestra querida piel de toro. Con ellos volveríamos a recuperar el escudo del águila imperial en nuestra roja y gualda bandera. Echaríamos de este sacrosanto lugar a todos los moracos, rumanos y panchitos (excepto a su mujer), y a toda la gente de mala calaña. El gran John Cobra sería el cabecilla de esta nueva revolución que nos llevará a la gente de bien a recuperar ese poder sobre la masa estulta que tanto tiempo nos llevan negando. Ya tenemos un nuevo héroe.
Biografía de dios
Hace 5 días
1 comentario:
Jajaj, joder, me voy a rapar la cabeza ya mismo!
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