Este rojo y masónico gobierno que tenemos hoy día se ha propuesto legitimar el asesinato de los nonatos en todas sus vertientes. La indignación que se anida en mi ser y en el de todas las personas de bien es mayúscula: ¿cómo puede permitirse la libertad a la madre de decidir algo en lo que sólo Dios tiene potestad? ¿Acaso está la madre capacitada? ¿Sabe ella que puede ser capaz de criar a ese ser que lleva en sus entrañas sin que pase penalidades ni necesidades que lo marquen de por vida? La respuesta es no, la mujer que aborta no sabe nada de eso.
Hay que defender a los tiernos futuros infantes. Aplaudo la campaña de la Iglesia, donde se denosta el infanticidio que promueve este execrable ejecutivo y se muestra lo sobreprotegidos que están ciertos bichejos inútiles con respecto a los bebés. Yo aún iría más allá, iría a la acción directa sobre estos legisladores que van a permitir el asesinato legalizado. Ya que van a permitir el aborto, les practicaría el aborto a posteriori, para que sepan lo que sienten esos pobres embriones, que aunque los científicos digan que no tienen cerebro, ni órganos para percibir la realidad, nuestra fe nos dicen que tienen una inquebrantable alma humana que hay que salvar a toda costa. Y qué mejor que defenestrar a esos políticos desalmados y ateos.
Propongo establecer comités de vigilancia en las clínicas de nuestra patria (y más adelante ya iremos al extranjero) para detectar a las madres asesinas, detenerlas y reeducarlas para que amen a su pequeño retoño. Cuando nazca el pequeño la dejaremos libre para que lo eduque católicamente, pero que se apañe con sus medios, que si ha tenido la concupiscencia de ser conocida por un hombre tiene que apechugar con su responsabilidad de criar al niño. Así aprenderá a ser casta.
Biografía de dios
Hace 5 días
2 comentarios:
Y encima a los linces les van a dar de comer niños. ¿O el anuncio era otra cosa?
No, qué va.
Se vé que los linces, a diferencia de otros animales, no se están extinguiendo por la acción del hombre, sino porque abortan mucho. Deteniendo el aborto en las personas, daremos ejemplo a los linces y podremos ser más para dar leña a las focas en Canadá.
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