lunes, 26 de octubre de 2009

El oso, el madroño y la gaviota

Qué deleznable espectáculo. No, si al final resulta que el enemigo va a estar dentro.

Va y resulta que el amiguete del progre Gallardón se pone a declarar al periódico de Prisa (los más vendidos al despótico y nefando gobierno actual, aparte del Wyoming y sus amiguetes) que se siente perseguido por la señora Aguirre y la pone de vuelta y media ante el estupor de los que apoyamos las posiciones más tradicionales del partido. ¿Pero qué se han creído estos arribistas? Claro, como no pueden colocar a presidir a la caja de ahorros de la comunidad a quien ellos quieren va y se rebotan. ¡Pues rebota y en tu culo explota!

El Manolito este tiene más pinta de progre sociata que de auténtico militante del partido. Normal, yendo de la mano de quien va. Me pone de los nervios Gallardón, con su talante negociador, con su sonrisita cómplice con los medios de comunicación pro-comunistas, con su pelo engominado y sus ademanes de niño bueno. Lo que necesita este país es una nueva mano de hierro, como la que tuvo nuestro bienamado Caudillo, para poner coto a los excesos de los libertinos que ahora ocupan el poder. Bien me gustaría que se les expulsara derramando su sangre, pero parece que hay que guardar las formas y hacer hablar a las urnas (vaya despropósito). Menos mal que hay alguien que suple la estúpida actitud del alcalducho con auténtica rectitud; y me resulta increíble que pueda ser una fémina.

A pesar de su condición inferior por ser mujer, doña Esperanza está dando muestras de tener un carácter muy masculino, de tener un auténtico cerebro de astuto hombre bajo esa fachada de mujer frágil. Y no cejará en su empeño de poner a su candidato en el sitio que le corresponde. Si con tanto ahinco lo defiende es por su pleno convencimiento de la capacidad del señor González de beneficiar a su causa. Esa actitud es la que hace falta en este país, la de un gobernante que sigue sus criterios a sangre y fuego, sin contar con los esperpénticos nacionalistas, sindicalistas y demás semi-hippies de la política y sociedad españolas. La señora Aguirre nos está dando una esperanza de futuro a los que soñamos con volver a los gloriosos tiempos del Generalísimo.

1 comentario:

Bancario Sectario dijo...

En parte sí, Sr. Abogado, pero no flaquee en su compostura ante la portadora de la tentación y el pecado original. Siempre estaría mejor aconsejando discretamente a un hombre desde el calor de un hogar en que ejercer labores más acordes a su condición, no lo olvidemos. Por lo demás, como siempre, un gusto leerle.