lunes, 12 de abril de 2010

De juicios y jueces

Este país lleno de apóstatas no deja de agredir a la gente de bien. Menos mal que de vez en cuando viene algún buen ciudadano con ciertas atribuciones de poder dadas por los rojos de turno y pone las cosas en su sitio.

El señor Baltasar se puso hace unos años a decir que él era todopoderoso y omniscente, tratando de vilipendiar la memoria del Caudillo y sus seguidores acusándoles de asesinatos acaecidos años ha, cuando se formaba la patria una, grande y libre que todos deseamos. ¿Pero quién se cree este fantoche? ¿Cómo se atreve a juzgar y tratar de poner en duda las motivaciones del gobierno de un país? Si fuera de la Cuba comunista y atea hasta me alegraría, pero no puede irse contra un gobierno católico y honrado como fue el del Generalísimo, o el del dignísimo Augusto Pinochet, a quien también quiso procesar.

Menos mal que las fuerzas vivas que aún subsisten en este país pusieron orden. Demostrando una proverbial inteligencia, hemos usado las propias armas que estos ateos homosexuales que nos gobiernan nos han dado para darles un buen golpe en el hocico. Qué gran aliado ha resultado ser el señor Varela, y todos aquellos miembros de la judicatura que han propiciado que este elemento pueda ser suspendido de sus funciones y llevado a un penal en un futuro, esperemos que cercano. A nosotros nos da igual lo que diga la ley actual, y menos aún esa mamarrachada de ley de memoria histórica. Sabemos lo que es bueno para nosotros, y por ende para España, y lo bueno es que Garzón y otros como él queden eliminados de nuestra sociedad.

Y otro día hablaré del Gürtel ese.

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