2. EL VIAJE
-Ilemos plimelo a Atlántida pala hablal con los saceldotes soble nuestlo Viaje - decidió Hose-Lamon.
Los otros Viajeros estuvieron de acuerdo y juntos partieron en una ligera nave blanca, con dos mástiles, treinta codos de eslora, y casi doscientos de proa a popa, venite eran los remeros de piel oscura, y el resto de los tripulantes eran el barbudo capitán, el timonel (que solo usaba una tabla y que tambien remaba) y un pescador al que debían auxiliar los pasajeros para obtener suficientes peces. Solo soplaron débiles y gélidos vientos de Tramontana, tardaron una luna en llegar a su destino, y una noche vieron ojos en el mar a su acecho. Llegaron al puerto subterráneo de la Atlántida, donde estaban además siniestros bajeles de guerra y mastodónticas naves de mercaderes orientales, pues de todos es sabido que la ciudad de Cthulhu en pasados tiempos era el centro del mundo desde siglos y aun lo sería mucho tiempo. Allí acudían mucha gente importante, y habría fiesta por el regreso del rey del consejo de Sholthar.
Subieron los Viajeros a la superficie, en la misma capital, que cuentan estuvo antaño consagrada al abominable Cthulhu. Alquilaron habitación y descansaron en tierra firme, les despertó una procesión, y observaron como el rey atlante tenía rasgos anfibios (se decía hijo de Cthulhu) y los sacerdotes eran de estirpe divina, así lo proclamaba su aspecto y su alargado rostro, frente baja, nariz respingona y enorme al final, barbilla puntiaguda y orejas de enormes lóbulos. Mas no estaba permitido ver al rey desde un lugar más elevado y se ocultaron a su paso.
Al día siguiente visitaron el templo. Cruzaron por puentes concéntricos (henchidos de estatuas, unas verdaderamente horribles que representaban a Cthulhu y los demás, y otras de aspecto más humano, de héroes legendarios, toda stalladas en el mineral desconocido hoy que Platón llama auricalco), tambien cruzaron por los numerosos hipódromos, templos de poca importancia, casas de nobles y mercaderes. Cuando llegaron al templo del Sumo Sacerdote vieron que la decoración tornábase mas abominable si cabe, estatuas de oro puro, de crisólita, verdemar, auricalco y más minerales y piedras preciosas que jalonaban la fachada, puerta y jardín, representaban dioses de formas incomprensibles para la mente humana, y no parecían tallados por terrestres.
Una vez en el templo (con más ídolos dentro) les fue concedido el honor de hablar con el Sumo Sacerdote Klarkash-Ton, que parecía algo diferente de los demás sacerdotes. Tenía los mismos ojos rasgados, y finos labios y orejas de enormes lóbulos, pero había en él algo más superior.
En una sala cubierta de estatuas y tapices dijo Hose-Lamon:
-Venimos, oh Klalkash-Ton, pala pedilte consejo soble nuestlo Viaje a las tiel-las del hielo etelno. No sabemos que peliglos nos acechan ni que hacer con Ithaqua, ni si mis podeles selán suficientes.
Entonces Klarkash-Ton habló solemne a los Viajeros:
-Soy sacerdote de los Grandes Primigenios y no debería ayudaros, es verdad que no sabes como vencer a Ithaqua, pues nadie lo ha logrado jamás, incluyendo a los Dioses Ancestrales, que solo pudieron colocar su Signo en la Torre y Él quedó atrapado, no obstante su cuerpo astral abandona la Torre bajo la forma del Wendigo. No busqueis más en el mundo vigil, pues solo en el mundo del sueño profundo encontrareis los Manuscritos Pnakóticos, que antaño fueron rescatados de la destrucción de Lomar, el país bajo la Osa Mayor. Cuentan que existen escritos sobre Grandes Primigenios, como Ithaqua, adorados por nosotros, en lejano lugar. Pero marchaos pronto.
Los Viajeros partieron del templo y Károsdav'id comentaba si con su escudo que tenía el Signo podían detener a Ithaqua, y él replicó que no, porque el Signo estaba muy incompleto y tenía que estar tallado en piedra gris de Mnar.
-Debemos de buscal los Manusclitos Pnakóticos o il a Kadathelion, donde intenté il una vez que flacasé, a buscal unos cilindlos glabados.
-Nosotros no saber viajar por el sueño.- Contestó Károsdav'id.
-Es facil pala un mago, pelo cualquiela que baje los setenta peldaños llegalá al mundo de los sueños glacias a la bendición de los saceldotes de los dioses de la Tiel-la.
Decidieron, pues, que Hose-Lamon viajase astralmente al interior de la Tierra, al mundo del sueño profundo, y los otros se prepararían para partir a Mnar cuando él volviese. Por desgracia en ese punto acabó mi visión y no he vuelto a tener ninguna que me revele lo que sucedió despues, esto es lo que ví y oí yo, Olaus Wormius.
Biografía de dios
Hace 5 días
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